lunes, 31 de octubre de 2011

Retiros Mensuales de la Acción Católica General de Madrid

En noviembre comienzan los Retiros Mensuales en la sede del Consejo Diocesano.

El calendario para el Curso 2011/2012 es:

Noviembre
Las bodas de Caná (Jn 2, 1-12)
Martes 8 a las 10:30h. y Sábado 19 a las 16:30h.

Diciembre
Curación del hijo del funcionario (Jn 4, 46-54)
Martes 20 a las 10:30h. y Sábado 10 a las 16:30h.

Enero
Curación en la piscina de Betesda (Jn 5, 1-18)
Martes 10 a las 10:30h. y Sábado 21 a las 16:30h.

Febrero
Multiplicación de los panes (Jn 6, 1-14)
Martes 7 a las 10:30h. y Sábado 18 a las 16:30h.

Marzo
Curación del ciego de nacimiento (Jn 9, 1-41)
Martes 6 a las 9:30h. y Sábado 17 a las 15:30h.

Abril
Resurrección de Lázaro (Jn 11, 1-43)
Martes 10 a las 9:30h. y Sábado 14 a las 15:30h.

Mayo
La pesca milagrosa (Jn 21)
Martes 8 a las 9:30h. y Sábado 26 a las 15:30h.


Los retiros se celebran en el Consejo Diocesano de ACGM.
Calle Silva 12, 2º

viernes, 28 de octubre de 2011

Discurso del Papa Benedicto XVI en el encuentro interreligioso de Asís

Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo
"Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz"
Discurso del Papa Benedicto XVI

Asís, 27 de octubre de 2011

Queridos hermanos y hermanas,
Distinguidos Jefes y representantes de las Iglesias y Comunidades eclesiales y de las Religiones del mundo, queridos amigos

Han pasado veinticinco años desde que el beato Papa Juan Pablo II invitó por vez primera a los representantes de las religiones del mundo a Asís para una oración por la paz. ¿Qué ha ocurrido desde entonces? ¿A qué punto está hoy la causa de la paz?

En aquel entonces, la gran amenaza para la paz en el mundo provenía de la división del planeta en dos bloques contrastantes entre sí. El símbolo llamativo de esta división era el muro de Berlín que, pasando por el medio de la ciudad, trazaba la frontera entre dos mundos.

En 1989, tres años después de Asís, el muro cayó sin derramamiento de sangre. De repente, los enormes arsenales que había tras el muro dejaron de tener sentido alguno. Perdieron su capacidad de aterrorizar. El deseo de los pueblos de ser libres era más fuerte que los armamentos de la violencia. La cuestión sobre las causas de este derrumbe es compleja y no puede encontrar una respuesta con fórmulas simples. Pero, junto a los factores económicos y políticos, la causa más profunda de dicho acontecimiento es de carácter espiritual: detrás del poder material ya no había ninguna convicción espiritual.

Al final, la voluntad de ser libres fue más fuerte que el miedo ante la violencia, que ya no contaba con ningún respaldo espiritual. Apreciamos esta victoria de la libertad, que fue sobre todo también una victoria de la paz. Y es preciso añadir en este contexto que, aunque no se tratara sólo, y quizás ni siquiera en primer lugar, de la libertad de creer, también se trataba de ella. Por eso podemos relacionar también todo esto en cierto modo con la oración por la paz.

Pero, ¿qué ha sucedido después? Desgraciadamente, no podemos decir que desde entonces la situación se haya caracterizado por la libertad y la paz. Aunque no haya a la vista amenazas de una gran guerra, el mundo está desafortunadamente lleno de discordia. No se trata sólo de que haya guerras frecuentemente aquí o allá; es que la violencia en cuanto tal siempre está potencialmente presente, y caracteriza la condición de nuestro mundo. La libertad es un gran bien. Pero el mundo de la libertad se ha mostrado en buena parte carente de orientación, y muchos tergiversan la libertad entendiéndola como libertad también para la violencia. La discordia asume formas nuevas y espantosas, y la lucha por la paz nos debe estimular a todos nosotros de modo nuevo.

Tratemos de identificar más de cerca los nuevos rostros de la violencia y la discordia. A grandes líneas – según mi parecer – se pueden identificar dos tipologías diferentes de nuevas formas de violencia, diametralmente opuestas por su motivación, y que manifiestan luego muchas variantes en sus particularidades.


Tenemos ante todo el terrorismo, en el cual, en lugar de una gran guerra, se emplean ataques muy precisos, que deben golpear destructivamente en puntos importantes al adversario, sin ningún respeto por las vidas humanas inocentes que de este modo resultan cruelmente heridas o muertas. A los ojos de los responsables, la gran causa de perjudicar al enemigo justifica toda forma de crueldad. Se deja de lado todo lo que en el derecho internacional ha sido comúnmente reconocido y sancionado como límite a la violencia. Sabemos que el terrorismo es a menudo motivado religiosamente y que, precisamente el carácter religioso de los ataques sirve como justificación para una crueldad despiadada, que cree poder relegar las normas del derecho en razón del "bien" pretendido. Aquí, la religión no está al servicio de la paz, sino de la justificación de la violencia.

A partir de la Ilustración, la crítica de la religión ha sostenido reiteradamente que la religión era causa de violencia, y con eso ha fomentado la hostilidad contra las religiones. En este punto, que la religión motive de hecho la violencia es algo que, como personas religiosas, nos debe preocupar profundamente. De una forma más sutil, pero siempre cruel, vemos la religión como causa de violencia también allí donde se practica la violencia por parte de defensores de una religión contra los otros. Los representantes de las religiones reunidos en Asís en 1986 quisieron decir – y nosotros lo repetimos con vigor y gran firmeza – que esta no es la verdadera naturaleza de la religión. Es más bien su deformación y contribuye a su destrucción.

Contra eso, se objeta: Pero, ¿cómo sabéis cuál es la verdadera naturaleza de la religión? Vuestra pretensión, ¿no se deriva quizás de que la fuerza de la religión se ha apagado entre vosotros? Y otros dirán: ¿Acaso existe realmente una naturaleza común de la religión, que se manifiesta en todas las religiones y que, por tanto, es válida para todas?

Debemos afrontar estas preguntas si queremos contrastar de manera realista y creíble el recurso a la violencia por motivos religiosos. Aquí se coloca una tarea fundamental del diálogo interreligioso, una tarea que se ha de subrayar de nuevo en este encuentro.

A este punto, quisiera decir como cristiano: Sí, también en nombre de la fe cristiana se ha recurrido a la violencia en la historia. Lo reconocemos llenos de vergüenza. Pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza. El Dios en que nosotros los cristianos creemos es el Creador y Padre de todos los hombres, por el cual todos son entre sí hermanos y hermanas y forman una única familia. La Cruz de Cristo es para nosotros el signo del Dios que, en el puesto de la violencia, pone el sufrir con el otro y el amar con el otro. Su nombre es "Dios del amor y de la paz" (2 Co 13,11). Es tarea de todos los que tienen alguna responsabilidad de la fe cristiana el purificar constantemente la religión de los cristianos partiendo de su centro interior, para que – no obstante la debilidad del hombre – sea realmente instrumento de la paz de Dios en el mundo.


Si bien una tipología fundamental de la violencia se funda hoy religiosamente, poniendo con ello a las religiones frente a la cuestión sobre su naturaleza, y obligándonos todos a una purificación, una segunda tipología de violencia de aspecto multiforme tiene una motivación exactamente opuesta: es la consecuencia de la ausencia de Dios, de su negación, que va a la par con la pérdida de humanidad.

Los enemigos de la religión – como hemos dicho – ven en ella una fuente primaria de violencia en la historia de la humanidad, y pretenden por tanto la desaparición de la religión. Pero el "no" a Dios ha producido una crueldad y una violencia sin medida, que ha sido posible sólo porque el hombre ya no reconocía norma alguna ni juez alguno por encima de sí, sino que tomaba como norma solamente a sí mismo. Los horrores de los campos de concentración muestran con toda claridad las consecuencias de la ausencia de Dios.

Pero no quisiera detenerme aquí sobre el ateísmo impuesto por el Estado; quisiera hablar más bien de la "decadencia" del hombre, como consecuencia de la cual se produce de manera silenciosa, y por tanto más peligrosa, un cambio del clima espiritual. La adoración de Mamón, del tener y del poder, se revela una anti-religión, en la cual ya no cuenta el hombre, sino únicamente el beneficio personal. El deseo de felicidad degenera, por ejemplo, en un afán desenfrenado e inhumano, como se manifiesta en el sometimiento a la droga en sus diversas formas. Hay algunos poderosos que hacen con ella sus negocios, y después muchos otros seducidos y arruinados por ella, tanto en el cuerpo como en el ánimo. La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra juventud en algunas partes del mundo. Puesto que la violencia llega a hacerse normal, se destruye la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo.

La ausencia de Dios lleva al decaimiento del hombre y del humanismo. Pero, ¿dónde está Dios? ¿Lo conocemos y lo podemos mostrar de nuevo a la humanidad para fundar una verdadera paz? Resumamos ante todo brevemente las reflexiones que hemos hecho hasta ahora. He dicho que hay una concepción y un uso de la religión por la que esta se convierte en fuente de violencia, mientras que la orientación del hombre hacia Dios, vivido rectamente, es una fuerza de paz. En este contexto me he referido a la necesidad del diálogo, y he hablado de la purificación, siempre necesaria, de la religión vivida. Por otro lado, he afirmado que la negación de Dios corrompe al hombre, le priva de medidas y le lleva a la violencia.


Junto a estas dos formas de religión y anti-religión, existe también en el mundo en expansión del agnosticismo otra orientación de fondo: personas a las que no les ha sido dado el don de poder creer y que, sin embargo, buscan la verdad, están en la búsqueda de Dios.

Personas como éstas no afirman simplemente: "No existe ningún Dios". Sufren a causa de su ausencia y, buscando lo auténtico y lo bueno, están interiormente en camino hacia Él.

Son "peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz". Plantean preguntas tanto a una como a la otra parte. Despojan a los ateos combativos de su falsa certeza, con la cual pretenden saber que no hay un Dios, y los invitan a que, en vez de polémicos, se conviertan en personas en búsqueda, que no pierden la esperanza de que la verdad exista y que nosotros podemos y debemos vivir en función de ella. Pero también llaman en causa a los seguidores de las religiones, para que no consideren a Dios como una propiedad que les pertenece a ellos hasta el punto de sentirse autorizados a la violencia respecto a los demás.

Estas personas buscan la verdad, buscan al verdadero Dios, cuya imagen en las religiones, por el modo en que muchas veces se practican, queda frecuentemente oculta. Que ellos no logren encontrar a Dios, depende también de los creyentes, con su imagen reducida o deformada de Dios. Así, su lucha interior y su interrogarse es también una llamada a los creyentes a purificar su propia fe, para que Dios – el verdadero Dios – se haga accesible.

Por eso he invitado de propósito a representantes de este tercer grupo a nuestro encuentro en Asís, que no sólo reúne representantes de instituciones religiosas. Se trata más bien del estar juntos en camino hacia la verdad, del compromiso decidido por la dignidad del hombre y de hacerse cargo en común de la causa de la paz, contra toda especie de violencia destructora del derecho.

Para concluir, quisiera aseguraros que la Iglesia católica no cejará en la lucha contra la violencia, en su compromiso por la paz en el mundo. Estamos animados por el deseo común de ser "peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz".

Asís, 27 de octubre de 2011

jueves, 27 de octubre de 2011

Beatificación de los 22 Mártires Oblatos (Pozuelo)

El Postulador general comunicó que la Beatificación de los 22 Mártires Oblatos de la comunidad del escolasticado de Pozuelo (Madrid) tendrá lugar en la catedral de Madrid el sábado 17 de diciembre de 2011.
 
Se trata del sacerdote Francisco Esteban Lacal, de 48 años, provincial de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada y otros 21 compañeros, de edades comprendidas entre 19 y 38 años, que vivían en el convento de Pozuelo de Alarcón (Madrid).

Los religiosos y el seglar, un exconcejal del Ayuntamiento de Pozuelo, fueron fusilados entre el 24 de julio de 1936 y finales de noviembre el mismo año, algunos de ellos en Paracuellos del Jarama. Los 23 fueron asesinados, según el decreto aprobado por el papa, “por odio a la fe durante las persecuciones religiosas en España”.

Las beatificaciones de los 22 sacerdotes y el seglar, “mártires del siglo XX”, como llama la Iglesia española a los religiosos asesinados durante la II República española y la Guerra Civil de 1936-39, tendrá lugar, cómo ya hemos dicho, en la catedral de Madrid el sábado 17 de diciembre de 2011.

La Acción Católica General de Madrid se siente cercana a estos mártires, ya que además de ser de nuestra diócesis, son muchos los años que hemos ido ha celebrar retiros y convivencias a la Casa de los Oblatos en Pozuelo, de donde fueron detenidos estos religiosos, antes de su martirio por Cristo.

A continuación algunos textos de lo que fué la persecución a los católicos de aquellos años.

MÁRTIRES OBLATOS DE ARAVACA

“Estalla en España la guerra civil. La comunidad de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada de Pozuelo es asaltada violentamente por los milicianos y hecha prisionera en su propia casa. Constaba de unos 40 miembros: sacerdotes, hermanos coadjutores y 32 estudiantes, todos religiosos profesos”.

“El superior y los profesores tomaron la resolución de permanecer en Pozuelo y velar por nuestra vida comunitaria y religiosa, por encima de cualquier otra consideración....

Los dirigentes políticos y sindicales de Pozuelo no se han dormido: deciden poner la casa del pueblo en el convento, trasladándose a él la dirección del Frente Popular, y en los cuartos de los profesores se instalan ellos. El Presidente, Porras, lo hace en el del P. Superior. Guerrero, “El Patillas”, de Izquierda Republicana, en el del P. Monje.

Mientras tanto las milicias andan en el pueblo a la caza de los más significados hombres de derechas y jóvenes militantes en la Falange, o en los partidos del Bloque Nacional o la CEDA. De cuando en cuando, durante todo el día van trayendo a varios ciudadanos”.

(A. Jambrina. Memorias de mis años Oblatos. Pág. 120)


DÍA 24 JULIO DE 1936

La suerte de los religiosos Oblatos de Pozuelo, estaba echada. La noche clara y calurosa de este día, marcaría en Madrid capital, el inicio de los fusilamientos en grupos o ‘sacas’ de hombres que por su condición religiosa, serian condenados y sentenciados a morir entregando sus almas a Dios, sin culpa o acción violenta alguna. Del resto de los trasladados a Madrid, serian más tarde capturados y encarcelados, saliendo en las sacas del mes de noviembre para ser fusilados en Paracuellos de Jarama y Torrejón.

“A eso de las 3.30 de la madrugada, Arturo Porras –Teniente de Alcalde del pueblo de Pozuelo--, y los miembros del Comité que preside se presentan en el comedor y ordenan que salgamos al pasillo. Todos nos hemos enterado del interrogatorio que ha sufrido Pascual Aláez, pero ignoramos los nombres que ha facilitado. Por esta razón estoy convencido que me llamarán en primer lugar y me dirijo hacia la puerta de salida, colocándome el primero al lado derecho; cuando todos formamos en dos filas, Porras, en el centro del pasillo, a la altura de las escalera, indica que los que nombre salgan al jardín y suban a los automóviles que en él se encuentran. En efecto, los que estamos junto a la puerta de salida observamos dos coches negros; reconozco el Chevrolet de la baronesa Sra. de Allende, nuestra vecina, a la que se lo han requisado. El otro me pareció un Hispano-suiza.

Porras ordena: Juan Antonio Pérez, Pascual Aláez, Manuel Gutiérrez, Juan Pedro Cotillo, Francisco Polvorinos, Cecilio Vega, Justo González, y Cándido Castan”.

(A. Jambrina. Memorias de mis años Oblatos. Pág. 122)

Junto a estos siete Oblatos, también salió D.Cándido Castán San José. Ex-concejal, empleado de la Compañía del Norte, antiguo jefe de la Comunión Tradicionalista, y del sindicato de esa afiliación de ferrocarriles, pero sobre todo, católico ferviente y practicante. Dicho Sr. Se encontraba detenido en unas de las habitaciones de la planta baja del seminario, junto con más personas. Siendo buscado y requerido por Porras, diciéndole: “Tu pa lante”.

Todos salieron para no volver nunca más. El Padre Juan Antonio Pérez, profesor de 29 años, y los Subdiáconos de 23 años cada uno, D. Manuel Gutiérrez Martín y D. Cecilio Vega Domínguez. Los estudiantes: D. Juan Pedro del Cotillo Fernández de 22 años, D. Francisco Polvorinos Gómez de 26 años y catequista del cercano pueblo de Aravaca, D. Justo González Lorente de 21 años, y D. Pascual Aláez Medina de 20 años. En la madrugada de este día, fueron fusilados junto a las tapias del Cementerio de Aravaca o en su explanada, teniendo la fortuna de que el sacerdote J. Antonio Pérez, les diera antes de morir, la absolución a todos ellos. Después de la guerra, en 1939, con motivo de algunas exhumaciones y obras en las propias fosas, la Viuda y algunos familiares de Don Cándido Castán, reconocieron a su esposo.

El calvario proseguirá para los demás por refugios y cárceles improvisadas de Madrid. El P. Francisco Esteban Lacal, Provincial de España, cual Buen Pastor, saldría en auxilio de sus compañeros. Siendo capturado y muriendo con ellos en diversas “sacas”,como corderos llevados al matadero, siendo ejecutados con otros 15, por permanecer fieles a su fe cristiana y a su vocación religiosa. El martirologio Oblato de la Provincia de España es de 22 mártires en total.

RELATO MARTIRIAL DE LOS MISIONEROS OBLATOS

“Tras el asesinato de los 8 primeros Siervos de Dios en la Casa de Campo, el resto de los Misioneros Oblatos permanecieron presos en el convento y dedicaban sus horas de espera a rezar y a prepararse a bien morir.

Parece que el alcalde de Pozuelo comunicó a Madrid el riesgo que corrían los religiosos y ese mismo día 24 de julio, a las dos de la tarde, llegó un camión de Guardias de Asalto con orden de llevarlos a la Dirección General de Seguridad.

Los milicianos, al ver que los religiosos escapaban de sus manos, gritaban desde una terraza y expresaban su rabia con insultos y blasfemias.

Al día siguiente los Oblatos encerrados en la Dirección General de Seguridad, inesperadamente, quedaron en libertad. Por sugerencia del Superior religioso, se dispersaron en pequeños grupos para buscar refugio en casas particulares. Pero en el mes de octubre fueron buscados y detenidos nuevamente y llevados a la cárcel Modelo. Allí soportaron un lento martirio de hambre, frío, terror y amenazas, hasta que llegó el final sangriento para quince de ellos.

El 7 de noviembre fue fusilado en Paracuellos de Jarama el P. José Vega Riaño, 32 años, sacerdote y formador del Seminario. Ese mismo día en Soto de Aldovea fue fusilado el joven Serviliano Riaño Herrero, 20 años.

Veinte días después llegaría el turno de la muerte a otros trece religiosos. El procedimiento fue el mismo para todos. No hubo acusación, ni juicio, ni defensa. Sólo proclamación de sus nombres a través de potentes altavoces:

Francisco Esteban Lacal, 48 años, sacerdote y Superior Provincial.
Vicente Blanco Guadilla, 54 años, sacerdote y Superior de Pozuelo.
Gregorio Escobar García, 24 años, recién ordenado sacerdote.
Justo Gil Pardo, 26 años, religioso profeso perpetuo, diácono.
Juan José Caballero Rodríguez, 24 años, perpetuo, subdiácono.
Publio Rodríguez Moslares, 24 años, profeso perpetuo.
José Guerra Andrés, 22 años, profeso temporal.
Daniel Gómez Lucas, 20 años, profeso temporal.
Justo Fernández González, 20 años, profeso temporal.
Clemente Rodríguez Tejerían, 18 años, profeso temporal.
Ángel Francisco Bocos Hernández, 53 años, hermano coadjutor.
Eleuterio Prado Villarroel, 21 años, hermano coadjutor.
Marcelino Sánchez Fernández, 20 años, hermano coadjutor.

Se sabe que el 28 de noviembre de 1936 fueron sacados de la cárcel, conducidos a Paracuellos de Jarama y allí ejecutados.

Las listas de ‘sacas’ de presos de la cárcel de San Antón del 27 de noviembre de 1936, que bajo la orden de ‘puesta en libertad’ llevaban a la orden de ‘ejecución’, nos ofrecen los nombres de los 13 Oblatos.”

Según el relato de un testigo ocular junto a las fosas de Paracuellos de Jarama, después de la guerra, éste declaró:

“Estoy completamente seguro de que el 28 de Noviembre de 1936 un sacerdote o religioso pidió a las milicias que le permitieran despedir a todos sus compañeros y darles la absolución, gracia que le fue concedida. Una vez que hubo terminado, pronunció en alta voz estas palabras: ‘Sabemos que nos matáis por católicos y religiosos. Lo sabemos. Tanto yo como mis compañeros os perdonamos de corazón’. ¡ Viva Cristo Rey!”.

(Boletín informativo de la Causa de Canonización. Número 3, de los Mártires Oblatos)

miércoles, 26 de octubre de 2011

Ejercicios Espirituales de la Acción Católica

La Acción Católica General de Madrid ha fijado las fechas de los Ejercicios para este curso. Todavía hay información sin concretar, que se irá completando según se vayan acercando las fechas de los mísmos.


3 al 6 diciembre
 Director: D. Jesús Vidal (Consiliario de la A.C.G. de Madrid)
 Lugar: Esclavas de Cristo Rey ( C/ Arturo Soria, 228)
 Comienzo a las 20:00 h. Final a las 16:30 h.
 Precio: 156€ (136€ para estudiantes)



16 al 19 de marzo
 Director: Por confirmar.
 Lugar: Esclavas de Cristo Rey ( C/ Arturo Soria, 228)
 Comienzo a las 20:00 h. Final a las 16:30h.
 Precio: Por confirmar.



26 al 30 de marzo
 Director: D. Napoleón Ferrández (Viceconsiliario de la A.C.G. de Madrid)
 Lugar: Esclavas de Cristo Rey ( C/ Arturo Soria, 228).
 Precio: Por confirmar.



27 Abril al 1 de Mayo
 Director: D. Napoleón Ferrández (Viceconsiliario de la A.C.G. de Madrid)
 Lugar: Esclavas de Cristo Rey ( C/ Arturo Soria, 228)
 Comienzo a las 20:00 h. Final a las 16:30 h.
 Precio: Por confirmar.


23 al 25 de marzo
ESPECIAL FAMILIAS

 Director:Por confirmar.
 Lugar: Casa Emaus (Torremocha del Jarama)
 Comienzo a las 19:30 h. Final a las 15:00 h.
 Precio: Por confirmar.



11 al 13 de mayo
 ESPECIAL FAMILIAS


 Director:Por confirmar.
 Lugar: Casa Emaus (Torremocha del Jarama)
 Comienzo a las 19:30 h. Final a las 15:00 h.
 Precio: Por confirmar.


Información y reservas:
Consejo Diocesano de ACGM
C/ Silva 12 2º Telf. 91 522 22 67
 e-mail: acgmadrid@gmail.com
http://www.archimadrid.es/acatolica/activi/ejercicios/ejercicios.htm

lunes, 24 de octubre de 2011

Actividades del Centro de Orientación Familiar Sagrada Familia

Las actividades previstas para este curso son:

Servicio de orientación Familiar
Continuamos teniendo el servicio de orientación para todas aquellas personas que necesiten ayuda y apoyo profesional en dificultades de tipo familiar.

 Cursos Prematrimoniales
Estamos profundamente preocupados por la formación de los novios.

- Cursos de duración trimestral (empiezan en octubre y febrero). Especialmente recomendado para aquellos que quieran recibir una amplia formación sobre el matrimonio.

Curso sobre los Primeros cuidados del bebe
Se tratarán temas tan importantes e interesantes como el sueño, lactancia, alimentación, disciplina, masaje infantil...
Puedes inscribirte o solicitar más información llamando en horario de secretaría.

 Cursos de Métodos Naturales de Planificacion Natural
Descubre la maravilla de la Planificación Familiar Natural. Además de ser una gran ayuda para vivir en plenitud la vida conyugal, no tienen efectos secundarios y son muy económicos.

Organizamos cursos de formación de usuarios todos los meses. Llámanos.

Charlas-coloquio
Organizamos charlas a demanda de parroquias, movimientos, asociaciones...

Curso de Monitores en Métodos de Planificación Natural
Organizamos un curso cada año.


Si estáis interesados en asistir o participar en alguna de las actividades que tenemos programadas, podéis poneros en contacto con nosotros en el COF. El horario es lunes y jueves de 17:30 a 20:30, y nuestro correo electrónico es cofsagradafamilia@yahoo.es. Por ultimo deciros que estamos abiertos a cualquier colaboración, iniciativas o sugerencias.
Esperamos que os animéis a asistir a alguna de las actividades que tenemos preparadas, y si conocéis a alguien a quien interese alguna de nuestras actividades, no lo dudéis, invitadle a que se ponga en contacto con nosotros.

Para más información:
Centro de Orientación Familiar "Sagrada Familia"  ( Parroquia del Buen Suceso)
C/ Juan Álvarez Mendizábal 44, 1º Ext. Dcha.
Metro : Ventura Rodríguez y Argüelles (líneas 3, 4y 6)
Autobús :1, 2, Circular, 44, 74, 133
Aparcamiento junto al Templo de Debod.
El horario es lunes y jueves de 17:30 a 20:30
Tlfno. 91-559.41.48
cofsagradafamilia@yahoo.es


Actualiza la información en: http://www.archimadrid.es/acatolica/cof/cof.htm

domingo, 23 de octubre de 2011

Ideas para evangelizar de Sor Verónica y Iesu Communio expuestas ante Benedicto XVI

El 15 de octubre se celebró en el Vaticano el encuentro "Nuevos evangelizadores para la nueva evangelización".
Sor Verónica expuso sus reflexiones sobre "La espiritualidad y la vida interna". Reflexiones que reproducimos a continuación.

Las reflexiones son simplemente IMPRESIONATES ( no tengo más palabras para definirlas, todo un reflejo del amor a Dios de principio a fin)

Puedes desargar aquí el documento en pdf.



En medio de tanta desesperanza…

«"Pero ¿qué estáis diciendo? O vivís fuera de la realidad sin pisar la tierra o, si es verdad la alegría que veo y lo que decís, no puedo ocultar mi enfermedad: mi enfermedad es que no conozco al Señor”. Esta afirmación la escuché hace muy poco a una joven en uno de los encuentros que mantenemos en nuestros locutorios, donde compartimos con sencillez la fe con quienes se acercan a nuestra casa. Y continuó diciendo aquella joven: “Creo que la desesperanza me apresó por tratar de defenderme del cristianismo, concibiendo el ser cristiano como un obstáculo para alcanzar la felicidad, como si Dios fuera un enemigo a la puerta que viniese a coartar mi libertad y a deshacer mis planes”. En estas palabras se resume la experiencia de muchos otros, incluso de nosotras mismas.


Tristeza por lo que no se tiene

»No es la tristeza por lo que se tiene –a veces muchísimo–, por más legítimo y honesto que pueda ser, sino la tristeza por lo que no se tiene, por lo que se anhela, sin que uno pueda dárselo a sí mismo y quizás sin capacidad para ni siquiera expresarlo. Ese anhelo lleva consigo la certeza de que no merece la pena vivir por menos de lo que intuimos, o de que malvivimos cuando renunciamos a entendernos en el designio con el que Dios quiere plenificarnos. El corazón sufre opresión cuando amordazamos el clamor más hondo de nuestro ser, y entonces sobrellevamos el paso del tiempo de la forma menos incómoda o, si se puede, más placentera posible; en cualquier caso, padecemos cuando desertamos de llegar a ser hombres en la plenitud para la que fuimos creados.

Miedo a no encontrar sentido a la vida

»Decimos tener pánico al sufrimiento y a la muerte. Pero ¿acaso no tenemos miedo a vivir al no encontrar el sentido de la vida ni su valor y, por tanto, no somos capaces de afrontar los acontecimientos diarios?

»Imposible olvidar el impacto que me produjo a mis diecisiete años ver literalmente una alfombra humana de jóvenes tirados por tierra, desorientados, despersonalizados. Mi reflexión fue ésta: “Señor, ¿Tú nos ha creado para esto? ¡No, no, estoy segura de que no!” Yo misma me sorprendí hablando con Él, porque indudablemente Él estaba allí; jamás puede el Creador abandonar la obra de sus Manos. Aquella imagen determinó mi vida; nadie tenía que convencerme de que el hombre, si no vive abrazado a Dios y a su voluntad, está desorientado, camina a tientas, no logra saber quién es, ni a dónde va, ni con quiénes puede avanzar en verdad.

Saciar caminos equivocados

»Me atrevo a afirmar que, a veces, quizás demasiadas, caemos donde no queremos buscando saciar por caminos equivocados, como el hijo pródigo, el clamor de amor, felicidad, salvación, comunión, plenitud que existe en lo más profundo del hombre. Estamos bien hechos, incluso cuando experimentamos la sed abrasadora de una vida en plenitud; una sed que, cuando busca ser saciada en espejismos, aún se hace más ardiente y fomenta más la desesperanza. Esa sed, en definitiva, pone de manifiesto el grito del Espíritu en el corazón del hombre, para que no se conforme con una vida mediocre, para que se sienta espoleado a acoger la vida en plenitud.

La sed del hombre se calma en Jesús

»La sed del hombre resuena en el grito de Cristo en la Cruz: “Tengo sed” (Jn 19, 28). La sed del hombre sólo se calma, sólo encuentra alivio y descanso en Jesús, ¡sólo en Jesús!, el Mendigo sediento que sale al encuentro de la mujer samaritana: “Si conocieras el don de Dios...” (Jn 4, 10). Cristo no viene jamás a arrebatar, sino que desea ardientemente agraciar a la criatura con el don de Dios, colmar a su criatura con una vida en plenitud mediante el don del Espíritu que nos introduce en la comunión del amor trinitario. Cristo es el que está sediento por colmar nuestra sed; Cristo tiene sed de que del seno del sediento lleguen a brotar ríos de agua viva, fecundidad desbordante.

Dios sale al encuentro sin imposición

»Pero como ni la imposición ni el avasallamiento son propios de Dios, éste sale al encuentro de la libertad humana invitándola a abrirse a su don: “Si conocieras el don de Dios…, tú le pedirías, y Él te daría…”. Su atracción es su Amor. Su promesa, el designio del Amor de Dios, por ser don, el hombre no lo hubiese podido ni soñar, pero lo reconoce cuando se hace presente.

»El Espíritu derramado, don de Dios, conduce siempre al encuentro personal con Jesús, a la configuración con el Resucitado, con el Viviente, en una comunión que supera cualquier frontera de espacio y de tiempo, pero que afecta a nuestra concreta vida e historia, a nuestro aquí y a nuestro hoy. El Espíritu, a la vez que nos configura a Cristo, crea la comunión entre los creyentes, porque nunca recrea a los hombres como individuos aislados sino constituyendo un cuerpo, el cuerpo de Cristo, la Iglesia, que en modo alguno es la mera suma de unos individuos con unos mismos ideales o valores, sino el hogar alentado por el Espíritu, que perpetúa a lo largo del tiempo la presencia de Cristo, la visibilidad del Señor.

El encuentro don Jesús da un vuelco a la existencia

»Nuestro testimonio, sencillamente, como posiblemente el de ustedes, es haber quedado cautivadas por el don incomparable de ser cristianos, por la belleza de vida de tantos cristianos que con su forma de vivir, de pensar, de sentir, de actuar señalan al misterio de Jesucristo, el más Bello de los hombres, que enamora y arrebata el corazón como “inseparable vivir”. En la Humanidad de Cristo obediente y plenificado por el don del Espíritu, los creyentes descubren su identidad, su vocación, su misión y su destino. El encuentro con Jesucristo da un vuelco entero a la existencia porque, al quedar nuestra mirada fija en Él, nos libera de la mirada egocéntrica que nos empequeñece y pervierte, porque el hombre sólo camina hacia la plenitud cuando se abre al designio de Dios y al caminar de los hombres, redescubiertos como hermanos a los que Dios ama con ternura.

La vocación humana: la santidad

»Cautiva ver el gozo de vidas plenificadas por el Espíritu Santo. Por medio de ellas, se suscita el deseo y la decisión de vivir en santidad. En la Iglesia, hemos podido apreciar la belleza de la santidad como plenitud de la existencia, que impulsa a vivir postrados en actitud de continua conversión. En la Iglesia, se nos permite acercarnos a la experiencia de los santos, que no es sólo algo del pasado ni un itinerario para unos pocos ni un privilegio de una élite: la santidad es, por el contrario, la más profunda vocación humana.

»Los creyentes, con la belleza y la dignidad de su vida, son testigos gozosos de Jesús resucitado. Viven del Espíritu de Cristo y en Cristo, porque su vida se alimenta en la mesa del Señor, donde cada día pueden asistir al milagro de la Eucaristía, y donde el Cuerpo entregado y la Sangre derramada del Señor se ofrecen en abrazo de unión que les permite hacerse una carne con el Cuerpo resucitado de Cristo y un cuerpo con sus hermanos.

Dios va haciendo su trabajo

»Con entrañas de Eucaristía ofrendan y hacen fecundos todos los espacios y todos los momentos de la vida, no como conquista humana, sino como fruto del don acogido. Viven del don que nunca deja de ser a la vez promesa futura y tarea presente, adoración postrada y obrar diligente, conscientes de que la historia es el tiempo que Dios se toma para ir haciendo a su criatura hasta conducirla a la plenitud querida por Dios y ya manifestada en la Humanidad glorificada de Cristo.


Caminando con el oído en la Palabra

»La existencia de los creyentes es un caminar continuamente orientado hacia Cristo, con el oído despierto a su Palabra meditada y hecha carne, que les posibilita vivir con sobrecogedora dignidad la prosperidad y la adversidad, la salud y la enfermedad, en definitiva, todos los avatares y los momentos de la existencia, incluso la temida vejez y la muerte, abiertos al don del Espíritu de Cristo resucitado que les permite vivir la cruz no desde la rebeldía y la desesperanza sino desde la fecundidad de la obediencia, confiados en la misericordia de su Señor que les ha prometido vivir eternamente con Él.

La comunión eclesial

»El gran testimonio que roba el corazón es ver en el hombre el obrar de Cristo que se realiza y se expresa en la comunión en la que viven los cristianos; se aman de verdad y están dispuestos a entregar la vida unos por otros. La comunión distingue a los discípulos de Cristo y es el más bello testimonio y el más poderoso atractivo. En su entorno, a pesar de su conciencia de fragilidad, herida por el pecado, florece la vida y la alegría; porque encarnan y anuncian la fecundidad del don del Evangelio. Lamentan y lloran todo lo que emborrona, enturbia o fractura la belleza de la comunión eclesial, pero no lo convierten en ariete contra la institución y sus pastores, sino que les impele a una renovada conversión y a un más decidido anhelo de santidad, alejado del escándalo puritano.

Una vida en libertad

»En la comunión eclesial que el Espíritu de Jesús ha hecho posible, vemos la audacia de una libertad que no se arredra ante la avasalladora presencia del mal en cualquiera de sus manifestaciones o estrategias, sino una libertad siempre disponible para abrazar y seguir el querer de Dios. Los creyentes aman la verdad, viven de ella; conciben el pecado como profanación de la dignidad sagrada de la criatura y, por tanto, como ofensa a Dios; evitan la violencia y el egoísmo como negación del amor, no consienten con la injusticia, huyen de la envidia y de la ambición, que atentan contra la comunión.

»Los creyentes se desbordan en compasión y perdón; entregan la vida que se aprecia y se acoge como un don precioso para que se haga don para otros y despierte el deseo de entrega, de amar y servir, porque comprenden que la gloria del hombre es perseverar y permanecer en el servicio de Dios, un Dios que en Jesucristo, el Hijo hecho Siervo por amor, ha salido a su encuentro: los ha acogido, los ha lavado, los ha servido, los ha alimentado, los ha liberado, los ha fortalecido hasta hacerlos presencia suya en medio de los hombres, sin que por ello se crean mejores ni superiores a los demás: simplemente se sienten y actúan como servidores del don, y esto constituye su gozo y su recompensa.

Aliviar el dolor

»En la comunión de la Iglesia de Cristo, hemos conocido, por más que experimenten su incapacidad para llegar a todas las heridas y dolores del mundo, el amor solícito y atento de hombres y mujeres, cuyas vidas se han gastado fecundamente, confiados en que la victoria de Cristo, y no el mal, tendrá la última palabra en la historia de los hombres; pero esa esperanza futura no impide que sus manos ahora se acerquen y alivien el dolor y el sufrimiento de los menesterosos, pobres, marginados, olvidados, desesperanzados, desorientados, angustiados... en los que ven a Cristo mismo que sale a su encuentro.

Dios no es un rival de nuestra felicidad

»Cristo en su Iglesia ha ganado nuestro corazón, porque en ella no nos hemos encontrado con un Dios rival de nuestra felicidad, de nuestra plenitud, sino con el Dios de Jesucristo, garante de la razón, la libertad, el bien, la verdad, la belleza, la vida del hombre, porque “la gloria de Dios es el hombre viviente, y la vida del hombre es la visión de Dios” (San Ireneo).

Experimentar la ternura de Dios

»En la Iglesia, tierra de vivientes, hemos experimentado el amor y la ternura de Dios. Cristo, nuestro Buen Samaritano, no ha pasado de largo ante nosotras, sino que se ha compadecido de nuestras heridas, se ha abajado para levantarnos y rescatarnos, tal y como estábamos nos cargó sobre sí, ha derramado sobre nosotras óleo de sanación y nos ha confiado al cuidado y guía del Espíritu en la Iglesia. Hemos experimentado la fiesta de la salvación por el hijo desorientado que volvió al calor y a la luz del hogar.

Deseo que todos conozcan a Cristo

»Quien ha conocido la sed de Cristo sobre su vida queda herido por su sed y abrasado por el deseo de que todos conozcan el don de Dios, está dispuesto a que su vida se haga por entero don y entrega que calme la sed de sus hermanos; lejos de ofrecer vinagre ante el grito del Crucificado, anhela ardientemente que se cumpla el deseo que Jesús expresó al Padre antes de su Pasión: “Que todos sean uno en nosotros para que el mundo crea que Tú me has enviado” (Jn 17, 21). La comunión configura nuestra existencia y se convierte en testimonio y misión.

»En la Iglesia, hogar del Espíritu, nos ha traspasado el grito de Cristo: “Tengo sed”, que sigue hoy resonando de mil maneras en todos los confines de la tierra, porque el hombre tiene sed del don de Dios, aunque muchos lo ignoren o incluso lo rechacen.

Sed de Cristo que necesita saciarse

»Urgidas por la sed de Cristo mismo, que no quiere que ninguno se pierda sino que todos tengan vida abundante, queremos ofrecer lo que de la Iglesia estamos recibiendo y aprendiendo. Queremos ser testigos de que nada hemos perdido, de que, por el contrario, nuestra vida se ha visto enriquecida en todo. Queremos ser presencia del don recibido.

»Nuestra comunión quiere ser templo donde, en adoración, se custodie la presencia del Dios vivo, se ame al Esposo con todo el ser, y arda día y noche la oración continuada que acoja y abrace el lamento, el dolor, la esperanza del mundo, y se vele por cada uno de los hijos que se nos confían.

»Nuestra comunión quiere ser hogar con entrañas de Eucaristía donde se celebren los Sacramentos, donde se invite al abrazo del perdón sanador y al banquete de la Eucaristía, alimento para avanzar sin temor en el camino de la santidad; nuestra comunión quiere ser casa encendida donde se espere siempre al hijo que vuelve malherido, decepcionado, arrepentido, desorientado o abierto también al don; posada donde el Buen Samaritano siga otorgando descanso, aliento y fortaleza para emprender, continuar o retomar el camino de la fe.

Una casa siempre abierta

»Nuestra comunión quiere ser casa siempre abierta donde se comparta la fe en Jesucristo desde la personal experiencia de rescate y sanación, donde se comparta la Palabra proclamada y encarnada para ayudarnos a superar la oscuridad que a veces obstaculiza el peregrinar.

El Espíritu suple nuestras debilidades

»Nuestra comunión quiere ser testimonio de que, a pesar de nuestras fragilidades y caídas, el Espíritu es capaz de unir, por encima de las diferencias, a los dispares y dispersos para que seamos un solo corazón y una sola alma porque el Espíritu recrea a cada uno de manera única e irrepetible, y al mismo tiempo nos inserta armoniosamente en una comunión donde el tú y el yo no se entienden sin ser nosotros, destruyendo así la soledad y el doloroso vacío del corazón.

Maternidad de la Iglesia

»Nuestra comunión quiere ser seno donde se testimonie la dimensión materna de la Iglesia, donde los hijos de Dios envueltos en caridad y en esperanza sean alumbrados y se sientan invitados a descubrir la grandeza y la belleza de la vida humana llamada a ser presencia del Amor de Cristo aquí y ahora.
»Nuestra comunión quiere vivir unida al canto de María que proclama la grandeza y la fidelidad de Dios, así como la alegría de la criatura cuando se deja recrear por su Señor.

Llenas de agradecimiento

»No puedo concluir mis palabras sino manifestando mi más profundo agradecimiento y amor al Santo Padre Benedicto XVI, padre, pastor, maestro, sucesor de Pedro, garantía de la comunión eclesial para vivir en la permanente novedad del Evangelio que primorosamente la gran Tradición eclesial ha conservado y transmitido desde la frescura de las primeras generaciones cristianas hasta nuestros días; gracias a los pastores que, configurados con Cristo, el Buen Pastor, velan sin descanso por cada uno en la gran fraternidad que constituye la Iglesia extendida por todo el mundo; gracias a todos los que desde la rica variedad de vocaciones y carismas suscitados por el Espíritu Santo nos hacéis presente a Cristo; y permitidme que asimismo muestre mi agradecimiento a mis hermanas, la pequeña heredad en la que Dios ha querido que viva mi consagración: acogiendo y ofreciéndonos el perdón cada día, no queremos otra cosa que dejarnos hacer por las manos de Dios, el Hijo y el Espíritu Santo, con su infinita paciencia creadora.

»Gracias a quienes hacéis posible que confesemos cada día con más asombro y gratitud: “Creo en Dios Padre, que con su amor omnipotente creó el cielo y la tierra como lugar de encuentro y diálogo amoroso con los hombres, a los que había destinado de antemano a vivir de y en la comunión del amor trinitario. Creo en Jesús, el Ungido, su Hijo único, nuestro Señor, que por nuestra causa nació de las entrañas virginales de María, fue bautizado, padeció, murió, fue sepultado, resucitó y subió al cielo para liberarnos del pecado y de la muerte y hacer que, como hijos, vivamos de y en la comunión del amor trinitario. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que Cristo derramó de una manera nueva sobre los hombres para configurar la Iglesia, que, por medio de la comunión en las realidades santas, especialmente la Eucaristía y el perdón de los pecados, preludia en nuestra tierra y en nuestro tiempo la resurrección de la carne para que, elevada ésta a la altura de Dios, goce eternamente de la comunión del amor trinitario”.


Gracias, Jesucristo; gracias, Madre Iglesia».

Madre Verónica Berzosa



Superiora general del Instituto «Iesu Communio»

Texto tomado de http://www.religionenlibertad.com

miércoles, 19 de octubre de 2011

Fechas del Aula de Formación 2011/2012

Ya están disponibles las fechas del Aula de Formación.

El tema de este año es: La Biblia ¿Palabra de Dios?

Las charlas serán los jueves de 18’00 a 19’00h. o los sábados de 19’00 a 20’00h. en el piso 1º del Consejo Diocesano de la A.C.G. de Madrid
C/ Silva 12. 28004 Madrid
Telf: 91 522 22 67 / 48 08 - Fax: 91 522 22 67

El calendarios del Aula es:

 1 . - La Biblia, ¿es de verdad Palabra de Dios?
 Inspiración y forma de la Palabra de Dios.
17 y 19 de noviembre.

 2 . - ¿Por qué no puedo leer la Biblia como yo quiera?
   Interpretación de la Sagrada Escritura.
10 y 15 de diciembre.

 3 . - ¿Por qué estos libros y no otros?
  Canon y libros canónicos.
19 y 21 de enero

 4 . -  ¿Quién escribió el Antiguo Testamento?
  Formación del Antiguo Testamento.
16 y 18 de febrero

 5 . - ¿Cómo se escribió el Nuevo Testamento?
  Formación del Nuevo Testamento.
15  y 17 de marzo

 6 . - ¿Qué historia cuenta el Antiguo Testamento? 
  Historia e historicidad del Antiguo Testamento.
14 y 19 de abril.

 7 . - Lo que cuenta el Nuevo Testamento, ¿ocurrió de verdad? 
 Historia e historicidad del Nuevo Testamento.
17 y 26 de mayo.

Estos enlaces son para descargar la información del Aula:
Cartel en color
Cuartillas en blanco y negro.

Para más información: www.archimadrid.es/acatolica