lunes, 9 de abril de 2012

#Pascua: ¡Ha resucitado y vive para siempre!

Lo que tengo que deciros lo habéis oído otras veces, pero me gustaría que no pareciera lo de siempre. Es necesario que os suene a nuevo, que os de la impresión de que no lo han oído nunca.



Olvidar un momento la rutina: esas reflexiones a veces tan monótonas que apenas os rozan la piel.

Olvidar un momento la vida diaria: las discusiones caseras, los huesos que duelen, las jaquecas, las rabietas de los niños, los pelmazos que no dejan vivir.

Hoy quisiera que mis palabras sonaran a nuevas.

Si creéis mi palabra de hoy, si de verdad tomáis en serio lo que hoy os voy a decir... tu vida será nueva, empezarás a vivir de una forma distinta, la rutina diaria tendrá una profundidad desconocida, las celebraciones religiosas os traspasarán el alma, la alegría que nadie puede quitar será tu huésped, incluso la muerte será una puerta llena de posibilidades, la vida será una ruta acompañada por la esperanza, la misma enfermedad tendrá una cara desconocida. Para que entendáis bien lo que voy a deciros, es necesario que el Señor esté con vosotros... que levantemos el corazón... que demos gracias al Señor nuestro Dios...

Hermanos, esto es lo que hoy tengo que deciros: Jesús de Nazaret, el hijo de José y de María, el muerto injustamente y sepultado, ¡¡Ha resucitado y vive para siempre!!! La muerte ha sido vencida: el muro impenetrable, la oscuridad existencial, el mal constante que nos envuelve, la queja permanente... no son verdad del todo.

Alguien ha roto el misterio, ha trocado la noche en aurora luminosa, ha iniciado una nueva creación. Óiganlo todos: ¡Cristo ha resucitado!

Vosotros jóvenes, que os asusta la dureza de la vida: Cristo resucitado fortalece vuestra  rebeldía contra la injusticia.

Vosotros padres y madres de familia, Cristo vivo resplandece en el amor fiel que os tenéis, ilumina y sostiene la entrega generosa a los hijos.

Solteros y solteras, Cristo resucitado os hace fecundos, pone en vuestras manos otro modo de crear vida, construye otra familia no según la carne y la sangre, sino en el Espíritu de hijos y hermanos.

Hombres y mujeres de la tercera edad, Cristo resucitado vive con vosotros, no permite que se reseque vuestra alma, con Él hasta el final llegaréis llenos de vida.

Vosotros, enfermos, Cristo vivo está con vosotros en la cruz de su dolor, con vosotros se pone en las manos del Padre, con vosotros cruza la frontera de la vida sin fin.

Vosotros, pobres de la tierra, unirse a Cristo resucitado, Él está animando vuestra lucha por salir de la miseria, por lograr que os respeten y os escuchen; Él está dentro de vosotros y se identifica con vosotros.

Vosotros, los que lucháis por la justicia, libertad, amor, y dignidad de todo ser humano, sabed que Cristo resucitado os está sosteniendo, os patrocina la tarea, os asegura que resucitaréis y vuestra vida será todo un éxito.

Hermanos: Cristo, el amigo de los niños, el que perdona a la adúltera, el cercano a los enfermos, el que se sienta con los pecadores, el que quiere a las prostitutas, el que acepta a todo hombre... resucitado, sigue haciendo lo mismo. No dejéis de acercaros a su presencia; creed en él, encended las velas en vuestra vida resucitada. Venid y ver, experimentar una vida nueva.

Artículo publicado en catholic.net

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